12 febrero 2007

 

Tu infancia en los 80 ?

¿Cómo logramos sobrevivir?

- Tomábamos agua de la manguera del jardín o de la canilla del colegio y no de una botella de agua mineral.

- Andábamos en autos que no tenían cinturón de seguridad ni bolsas de aire. Ir en la parte de atrás de una camioneta era un paseo especial y todavía lo recordamos.

- Nuestras cunas estaban pintadas con brillantes colores de pintura a base de plomo.

- Cuando andábamos en bicicleta no usábamos casco.

- Pasábamos horas y horas construyendo carritos de chatarra o de madera y rulemanes de rueditas y los que tenían suerte de tener calles inclinadas, los echaban a rodar calle abajo y, en la mitad, se acordaban que no tenían frenos. Después de varios choques con los postes aprendíamos a resolver el problema.

- Salíamos a jugar con la única condición de regresar antes del anochecer.

- El colegio duraba hasta el mediodía y llegábamos a casa a almorzar.

- No teníamos celular… así que nadie podía ubicarnos....

- Nos cortábamos, nos quebrábamos un hueso, perdíamos un diente, pero nunca hubo demanda por estos accidentes. Nadie tenía la culpa sino nosotros mismos.

- Comíamos pan con manteca y dulce, tomábamos bebidas con azúcar y nunca teníamos sobrepeso.

- Compartíamos una bebida entre cuatro, tomando de la misma botella y nadie se moría por eso.

- No teníamos Playstation, Nintendo 64, X boxes, Juegos de video, 99 canales de televisión en cable, videograbadoras, DVD placer con sonido surround, celulares personales, computadoras, fax y menos Internet. Solo teníamos AMIGOS.

- ¡Ahí, afuera!, En el mundo cruel, sin guardián. ¿Cómo lo hacíamos?

- Salíamos, nos subíamos a la bicicleta o caminábamos a la casa del vecino, tocábamos el timbre, o sencillamente entrábamos sin golpear y allí estaba nuestro amigo y salíamos a jugar.

- Jugábamos con una pelota de plástico o los más con la Pulpo de goma, que comprábamos a medias. Formábamos dos equipos y no todos llegaban a ser elegidos pero no nos agarraba ningún trauma.

- Algunos estudiantes no éramos tan brillantes como otros y cuando perdías un año, lo repetías. Nadie te mandaba al psicólogo, nadie tenía dislexia, simplemente repetías y tenías una segunda oportunidad.

- Si en una fiesta (que era en alguna casa) te ponías en pedo, tus amigos te dejaban en la puerta de tu casa, tocaban el timbre y salían corriendo.

- Si por casualidad cometías alguna boludez y terminabas en cana, llegaba tu viejo y te cagaba a trompadas. Nadie de Derechos Humanos presentaba un recurso de Amparo en tu favor y los canas se mataban de risa.

- Cuando tus viejos te retaban por alguna cosa, no los demandabas por violencia intrafamiliar; sencillamente te quedabas callado y pensabas “que macana me mandé”.

- Teníamos libertad, fracasos, éxitos y aprendimos a manejarlos.

- No teníamos estrés y jugábamos con insectos y anfibios (sapos y ranas) y luego nos metíamos los dedos en la boca y acá estamos

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